La defensa del exjefe del narcotráfico el Chapo Guzmán atacó ferozmente el miércoles en su juicio en Nueva York la credibilidad de sus exsocios que cooperan con la fiscalía, pero recibió una reprimenda del juez por acusar al "corrupto" gobierno de México y agentes de la DEA de haber tendido una trampa al Chapo sin evidencias.
El segundo día del enorme juicio contra uno de los capos narcos más famosos del mundo, Joaquín "Chapo" Guzmán, de 61 años, comenzó con el pedido de la fiscalía para que el juez Brian Cogan desestime todas las declaraciones del abogado del Chapo en sus argumentos iniciales del martes.
El juez se opuso a esa medida tan tajante, pero advirtió al abogado Jeffrey Lichtman que los supuestos sobornos recibidos por el actual presidente de México Enrique Peña Nieto y su antecesor Felipe Calderón del co-acusado del Chapo, Ismael "Mayo" Zambada, una explosiva acusación lanzada el martes por el abogado, son irrelevantes para el caso "si no están vinculados al acusado".
La defensa del Chapo asegura que éste, hambriento de notoriedad, fue víctima de un "montaje" del gobierno mexicano y agentes de la DEA, y que el verdadero jefe del cartel de Sinaloa siempre fue Zambada, de 70 años y prófugo de la justicia, co-acusado junto al Chapo en la inculpación de 2009 ante la corte de Brooklyn.
Cogan también aclaró al jurado que los argumentos iniciales de ambas partes no son evidencia, y que a la hora de decidir su veredicto deben determinar si el acusado es culpable más allá de toda duda razonable.
El primer testigo del gobierno este miércoles fue Carlos Salazar, un agente de aduanas retirado que descubrió en mayo de 1990 un túnel de unos 40 metros atribuido al Chapo para trasladar drogas entre Agua Prieta, en México, y Douglas, en Arizona, donde el gobierno estadounidense incautó una tonelada de cocaína.
El Chapo, extraditado a Estados Unidos hace 22 meses, es acusado de enviar más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos a lo largo de 25 años. Si es hallado culpable podría ser condenado a cadena perpetua.